Ya sea por el cumplimiento de políticas y legislaciones, por razones técnicas de performance, control, seguridad o por motivos financieros, muchas cargas de trabajo simplemente no están destinadas a la nube pública.
¿Entonces debo mantener mi datacenter?, ¿Y si necesito flexibilidad?, ¿Cómo puedo aprovecharlo al máximo? Precisamente, estas son preguntas que se plantean muchos líderes de tecnología, y que se pueden resolver teniendo encuesta lo siguiente: es el datacenter el que debe adaptarse a la empresa y no la empresa al datacenter.
Un ejemplo de esto, es que en los últimos años se sigue haciendo cada vez más fuerte la tendencia a crear entornos híbridos donde se combina el alojamiento y poder de cómputo de servidores en un datacenter tradicional con la capacidad de mover ciertas cargas de trabajo a una nube privada o pública.
Actualmente, es solo un mito considerar la infraestructura OnPremise como algo estático. Especialmente teniendo en cuenta que la velocidad de los mercados y la necesidad de las áreas de TI de reaccionar con agilidad, ha impulsado a los principales fabricantes y proveedores a crear nuevos modelos de servicio que se acercan a los existentes en la nube pública.
Al contar con un datacenter, el modelo que ofrece más ventajas e impacto positivo inmediato en el negocio es la Infraestructura OnPremie en una modalidad donde se pague por lo que realmente se utiliza, a continuación te comentamos las principales razones por qué:
La empresa consigue simplificar el proceso de adquisición de equipos.
Al ser un servicio, en caso de necesitar un aumento en la la capacidad, se evita pasar por el proceso de tradicional de compra, con los riesgos y demoras que conlleva. Esto facilita las estrategias de modernización y el acceso rápido a las últimas tecnologías.
La flexibilidad y escalabilidad dejan de ser un problema.
Simplemente el proveedor puede habilitar mayor capacidad desde la solución implementada o desplegar los equipos necesarios por el período que se requiera.
Control financiero y de presupuesto.
Especialmente se evita tener que realizar grandes desembolsos para poder contar con la tecnología para competir en los mercados y aprovechar oportunidades que de otro modo estarían fuera de su alcance o de su capacidad de respuesta. También se elimina el temido exceso de aprovisionamiento e inversiones en poder de cómputo o almacenamiento que finalmente no se utilizan completamente.
Tú data center, tus reglas.
La realidad de cada organización o institución es diferente, especialmente en términos del manejo y la protección de datos sensibles, disponibilidad y gestión. Ubicar infraestructura crítica en tu propio data center evita dejar en manos de terceros información y procesos que pueden ser vitales para el negocio.
Un claro ejemplo de esto fue hace un tiempo la brecha de seguridad en un cloud público que sufrió Capital One, el undécimo banco más grande en Estados Unidos y parte del índice S&P 100, cuando un atacante pudo acceder a los datos de 100 millones de personas. Al momento en que esta brecha se hizo pública, la cotización de Capital One bajó un 6,5% en un sólo día sin contar con las multas impuestas posteriormente.
En definitiva, contar con infraestructura en una modalidad que permita pagar por lo que realmente se utiliza es un enfoque estratégico que abre la puerta muchos beneficios especialmente en términos de controlar los procesos y presupuesto, aprovechar al máximo tu propio datacenter y equipo de trabajo, sin perder flexibilidad y agilidad para adaptarse a las necesidades del negocio.
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